El pasado 17 de junio se celebró la ruta cicloturista Sao Mamede 2018. En esta su segunda edición los participantes pudieron elegir entre tres recorridos: el más corto de 72 kms y 1270 metros de desnivel, otro intermedio de 104 kms y 1900 metros de desnivel y el más largo de 164  kms y 2755 metros de desnivel. El evento está organizado por la Associação de Desporto e Aventura de Portalegre, y nació en 2017 como un proyecto de ciclismo para dar a conocer una región única alrededor del Parque Natural da Serra de São Mamede en Portugal.

El Parque Natural integra los municipios de Arronches, Castelo de Vide, Marvão y Portalegre, e incluye la sierra del mismo nombre en la región del Alentejo. El espacio es variado en el paisaje, geología y flora, con altitudes que llegan hasta los 1019 metros del pico Sao Mamede, que resulta una ascensión de referencia para los ciclistas extremeños de la zona (http://lacodoserabadajoz.blogspot.com/2012/07/alto-de-sao-mamede.html)  

La salida tuvo lugar en la localidad de Santo Antonio Das Areias, donde se dieron cita alrededor de 1200 participantes, de los cuales hubo una pequeña representación de la familia del Cicloclub Badajoz (Septiem, Kiko Ramírez, Antoni Gallego, Toni Caro, Alejandro Gregori, Cuco, Chencho, Paco Domínguez).

La impresiones de Septiem

Septiem nos cuenta que "el día comenzó tal y como nos temíamos, es decir, con una elevada temperatura que no hizo sino endurecer el ya de por sí exigente trazado que tenía el recorrido. La prueba comenzó a las nueve horas locales, lo cual bajo mi punto de vista es una hora inapropiada tanto para la distancia como para el perfil ya que como bien pudimos comprobar más adelante, el calor pasó factura a más de uno (doy fe). A priori, y sobre el papel algo sencillo pues según mi experiencia previa en otras marchas de igual o mayor longitud  y desnivel esta no resultaba tan terrible como a la postre fue.

Para empezar y tras 200 metros llanos una subida de 3,4 kms al 5,7% de desnivel  medio para abrir boca y abrirse paso entre todos los participantes, coronado este repecho una rápida bajada hasta Portagem y tras el paso de esta población otro pequeño repecho de 2,9 kms al 1,5% de media que se pasó a una media de 30 kms por hora para que os podáis hacer una idea del ritmo que se llevaba desde el inicio. Para ser más exactos todo el trayecto desde Portagem hasta Castelo de Vide es un continuo repecho que se realizó a un ritmo bastante alegre.

A partir de esta población el recorrido se convirtió en un continuo sube y baja donde no había tiempo de recuperar fuerzas ya que las subidas eran muy bruscas con desniveles de hasta un 18% donde el 10% parecía un descanso, los descensos rapidísimos daban paso inmediatamente a otro repecho y así constantemente.

Una vez llegados al alto de Reveladas nos dirigimos hacia Arronches donde no me quedaban más luces de alerta por encender. La temperatura rondaba los 37 – 38 grados y mi cuerpo dijo basta. Como pude llegué hasta el siguiente avituallamiento líquido en la localidad de Sao Thiago donde agradecí a mis compañeros su ayuda por  acompañarme hasta allí y en ese punto decidí bajarme de la bicicleta y aceptar la derrota. Las imágenes de participantes tirados en la cuneta, empujando la bicicleta cuesta arriba y caídas muy serias son difíciles de olvidar y hace replantearse ciertos esfuerzos.

Quisiera hacer mención a aquellos compañeros que terminaron la prueba muy  decentemente (Kiko, Toni Caro, Antonio Gallego, Chencho, Paco Dominguez, Alejandro Gregori) y que mostraron un alto grado de compañerismo y buen hacer. También se echó en falta a aquellos compañeros que por un motivo u otro no pudieron asistir (Gerardo, Enrique González y Eugenio Caro), yo personalmente sentí mucho su ausencia.

En resumen, prueba muy dura y exigente, bien organizada, personal muy amable y dispuesto a ayudar. Recomendaría que el próximo año nos animemos más socios y disfrutemos de nuestro “vicio sano”

 

Las impresiones de Antonio Gallego

 Antonio Gallego nos cuenta en las siguientes líneas sus impresiones sobre la experiencia, que además vivió junto con su sobrino, perteneciente al club ciclista de Arganda y que ha pedaleado con nosotros alguna vez.

Llegamos a Marvao y el calor ya se hacía notar. Cafelito y a la salida para mí empezaron ya las incidencias, pues me doy cuenta de que no me había cambiado las zapatillas de deporte por las zapatillas de montar en bici. A la carrera al coche, cambio de zapatillas y  a salir en última posición. Quien me conoce sabe que esto es bastante habitual en mí… Remontando posiciones me situé con los compañeros del Club, presenciando una caída de la que me salvé por tablas. Llegamos al primer avituallamiento y a partir de ahí hicimos la ruta Setiem, Kiko, Raúl y yo, siempre tirando de nosotros el amigo Kuko.

La organización para mí estuvo en general bien. La zona es preciosa: bosque mediterráneo, alcornoques, castaños  y robles en las zonas altas, y en los fondos de los valles arroyos  y riachuelos con aguas cristalinas y fresquitas, bordeados del  bosque de galería, fresnos y sauces principalmente.

Lo negativo CALOR, CALOR y CALOR, pero en fin, es lo que hay. Conseguimos llegar a meta, cervecita  fresca y ya, a pensar en la próxima.”